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Historias de una niña rara

Sí, oficialmente es otoño

Ponerse una rebeca parece claudicación, aunque haya anochecido (muy pronto, para mi gusto), y lleves una camiseta de tirantes (perfectamente llevable aún como única prenda superior -además del sujetador, por si es necesario puntualizar- la mayor parte del día). Además, el reloj termómetro marca veintiseis grados. Claro que una cosa es ser termómetro de calle y otra ser persona...

Si eres persona, puedes, por ejemplo, mirar a las estrellas visibles en la ciudad, y tener la sensación de que están en el techo de la calle. Un techo altísimo, claro. Da un poco de vertigo, a veces.

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