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Historias de una niña rara

Fragmentos

Pequeñas psicopatías blogueras

   Me pregunto si tú piensas en mí como yo pienso en ti.

El momento más breve del mundo

 Ya. Dije que era breve.

Algo kafkiano

Se encontró con la desagradable sorpresa de tener que resolver unos papeles, presuntamente resueltos en su momento. Ya se veía en una oficina atestada por otras pobres almas con sus mismas intenciones y abanicos improvisados para mitigar el calor (con lo agobiantes que resultan los abanicos ajenos).

Cuando llegó a la oficina, se encontró con la sorpresa de unas colas escasas, una temperatura agradable (gracias a un diseño razonable del edificio, algo más raro aún) y una empleada que le atendió con mucha amabilidad.

A la salida, había cambiado su desánimo por la esperanza de conseguir lo que solicitó en su día. Hasta que le dio por pensar que tal vez no tenía posibilidades, y que el trato de la empleada era sólo el consuelo que intentaba ofrecer a las pobres almas que intentaban resolver sus papeles. O peor aún, que era un falso consuelo que debían ofrecer los empleados por orden de la oficina.

Frases no tan célebres

 Alguien dijo una vez "Bonito sombrero"

Cada dos por tres

 Seis.

Y en las próximas elecciones...

    ¡Voto sorpresa!

    En su cabina electoral, junto a las papeletas de las diversas formaciones que se presenten, podrá usted encontrar sobres ya dispuestos para ser depositados en la urna. ¿Qué habrá en los sobres?

  Haga más emocionante la jornada postelectoral con el ¡voto sorpresa!
 

Cogiendo taxis

 Llegábamos tarde (bueno, yo no) así que la consigna era hacerse con un taxi. Nos hicimos con un yellow cab (el típico taxi amarillo de Nueva York), lo primero que apareció. Lo único preocupante de la situación era la posibilidad de tener que darle a Travis Bickle la dirección en inglés (las direcciones se me resisten. Una vez acompañé a unas turistas en lugar de indicarles el camino, mientras, en inglés, les comentaba mis dificultades para indicar direcciones en dicho idioma), pero afortunadamente se sabía el camino.