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Historias de una niña rara

Cogiendo taxis

 Llegábamos tarde (bueno, yo no) así que la consigna era hacerse con un taxi. Nos hicimos con un yellow cab (el típico taxi amarillo de Nueva York), lo primero que apareció. Lo único preocupante de la situación era la posibilidad de tener que darle a Travis Bickle la dirección en inglés (las direcciones se me resisten. Una vez acompañé a unas turistas en lugar de indicarles el camino, mientras, en inglés, les comentaba mis dificultades para indicar direcciones en dicho idioma), pero afortunadamente se sabía el camino.

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