Pequeñas psicopatías blogueras
Me pregunto si tú piensas en mí como yo pienso en ti.
Me pregunto si tú piensas en mí como yo pienso en ti.
Ya. Dije que era breve.
Sobre ese particular hay consenso. Ahora, ¿qué grado y tipo de imperfección es admisible según qué circunstancias?
Ejemplo: Un geco de tamaño grande (como el ejemplar superior ) puede provocar lo que coloquialmente se denomina repeluco. Si se piensa en el mismo animal como en un cocodrilo pequeño (salvando las distancias), la sensación anterior se atenúa (siempre y cuando no nos enfrentemos a un caso de fobia a reptiles).
Puede que alguien se haya acercado al departamento de metafísica de alguna universidad a preguntar tales cuestiones. O puede que no. Ya se sabe cómo es a veces el mundo...
Muchachada Nui en la televisión.
- Esto es igualito a La hora chanante. Sólo han cambiado los nombres de los sketchs...
- Ya. Es que los nombres de antes son de la Paramount Comedy...
Proyecto: Ensalada con atún y salsa de soja.
Primera dificultad; falta de suministro de atún. Sustitución por mejillones en escabeche, lo que supone suprimir la salsa de soja.
Proyecto: Ensalada con mejillones en escabeche.
A la apertura de la lata, queda manifiesto un error de abastecimiento, lo que supone trabajar con otros materiales.
Resolución: Ensalada con calamares en salsa americana.
Llevar gafas de sol a las ocho de la mañana es de "look" resaca, ¿no?
Para la ducha (o para un día lluvioso).
Traducción al español en comentarios.
Siempre se produce algún desencuentro entre las tirantas de la camiseta y las del sujetador.
Llevo tanto tiempo esperando a que surja una ocasión para poner la frase de arriba...
Acabo de oir que de momento no va a subir el precio del dinero. El dinero cuesta dinero. Tiene su punto de poética absurda.
Se encontró con la desagradable sorpresa de tener que resolver unos papeles, presuntamente resueltos en su momento. Ya se veía en una oficina atestada por otras pobres almas con sus mismas intenciones y abanicos improvisados para mitigar el calor (con lo agobiantes que resultan los abanicos ajenos).
Cuando llegó a la oficina, se encontró con la sorpresa de unas colas escasas, una temperatura agradable (gracias a un diseño razonable del edificio, algo más raro aún) y una empleada que le atendió con mucha amabilidad.
A la salida, había cambiado su desánimo por la esperanza de conseguir lo que solicitó en su día. Hasta que le dio por pensar que tal vez no tenía posibilidades, y que el trato de la empleada era sólo el consuelo que intentaba ofrecer a las pobres almas que intentaban resolver sus papeles. O peor aún, que era un falso consuelo que debían ofrecer los empleados por orden de la oficina.
Sí ha de verse expuesto/a al reguetón (o reggaetón, aunque no guarde relación con el reggae), aquí tiene un recurso para poder pasar el trago.
Básicamente, se hacen como las normales, pero con la mano a una cierta distancia (siempre pequeña) del sujeto.
Podría ocurrir que sea copropietaria de los derechos de estas cosquillas. Creo que voy a serlo mientras no haya pruebas en otro sentido. No obstante, el método es del dominio público, siempre que se cite su procedencia.
Hace poco me encontré con que Baudelaire me había cogido la idea del flâneur (aunque lo mío sería mas bien ser flâneuse). Primero Descartes y ahora Baudelaire. ¿Quién será el próximo?
(Flâneur se podría traducir como paseante, aunque esto deja mucho fuera. Un flâneur hace algo más que pasear por la ciudad. Flâneuse es el femenino.
Y no, no sé francés. Vi la referencia al término en un suplemento cultural)
)
(
Me gustaría tirar llaves a la Fosa de las Marianas.